Grañén es ya todo un referente en el mundo del arte urbano, al haber conseguido atraer a algunos de los mejores artistas del panorama nacional y permitir a cualquier persona disfrutar del contacto directo con sus obras. Una iniciativa que le otorga identidad.
Isacc Mahow, Ricardo Cavolo, Paula Bonet, Boa Mistura, Pichiavo… forman parte del increíble listado de autores que han dejado su firma en esta localidad del medio rural después de pintar en París, Roma, Hong Kong, Nueva York o Monreal.
El camino recorrido ha logrado hacer buena la frase de uno de los primeros murales que adornaron el casco urbano, ‘Por soñar no estoy loco’, que fue realizado de forma colectiva por los vecinos del municipio y que permitió rendir homenaje al grupo Boa Mistura.
El número de obras, y por supuesto, su calidad, animan a irse de ruta para admirar de cerca cada uno de los murales realizados. Al principio, la mayoría estaban firmados por grafiteros. El artista oscense Edd Burthon (Eduardo Ferrer) fue uno de los primeros en dejar su impronta en las calles de Grañén. Su obra está situada junto a una de las puertas de acceso al instituto de secundaria Montes Negros y apuesta por una representación del patrón local, Santiago Apóstol.
Iker Mad77 también dejó su firma en un mural frente al pabellón polideportivo, dominado por un indio cherokee, y más tarde, Isaac Mahow, uno de los mejores grafiteros del momento, decoró la fachada de la Casa de la Música, a través de dos personajes de aire mitológico, muy acordes al lugar, al aparecer rodeados de elementos relacionados con la creación como una pluma, papel, tinta o un arpa.
En 2015, la llegada del ilustrador Ricardo Cavolo, que ya había realizado trabajos para marcas como Nike o Coca-Cola, marcó un punto de inflexión. Fiel a su estilo, y despertando una gran expectación, el artista pintó un exótico mural frente al IES Montes Negros. Su diseño, que todavía es visible, aunque ha sufrido el paso del tiempo, muestra un corazón alado flanqueado por dos jaguares.
Otro de los murales más visitados está justo detrás del centro de salud. Allí, la artista Paula Bonet, que goza de gran prestigio, pintó ‘La Muda’, una mujer sin boca, que denuncia las desigualdades de género. Dentro del instituto, es además posible admirar otro mural que busca la reacción del público, obra del grupo Boa Mistura, que cuenta con obras repartidas por medio mundo, desde Sudáfrica hasta Berlín, Nueva Delhi, Nicaragua o Estados Unidos. Las paredes de la pista del frontón muestran dos palabras superpuestas: yo y tú, que simbolizan la unión de dos personas, que al unirse dan lugar a un nuevo color y un nuevo cuerpo.
Conocidos por la fusión del arte clásico y el grafiti más primitivo, Juan Antonio Sánchez y Álvaro Hernández, el dúo PichiAvo, ha sido el último en dejar su huella en Grañén, con un espectacular mural en el que se unen la estética clásica y el arte urbano. Se puede ver en la replaceta situada junto a la iglesia parroquial Santiago Apóstol.