Santa Águeda, que se celebra el 5 de febrero, es sinónimo de tradición y devoción en Los Monegros. Para honrar a su patrona, las mujeres salen a las calles, con el fin de celebrar actos de gran singularidad y disfrutar de una gran jornada de convivencia. Hay misas, cantos, hogueras, carreras de roscas o bailes.
Grañén es uno de los principales exponentes de esta festividad. De hecho, la localidad conserva un acto único en Los Monegros: la elección de alcaldesa por un día. También hay celebración religiosa con ofrenda y después, tradicionales carreras de rosca.
De forma original, la festividad estaba concebida para reivindicar el papel de la mujer y durante un día, darle la oportunidad de adquirir roles que solían estar reservados al hombre, desde la política al disfrute de actividades deportivas o de ocio.
La festividad se prolonga durante dos jornadas: 4 y 5 de febrero. La víspera tiene lugar la elección de la alcaldesa. Su nombre se mantiene en secreto y únicamente, es conocido por su entorno más cercano y por las integrantes de la junta de la Asociación Santa Águeda. El colectivo, que se nutre de la colaboración económica de las mujeres del municipio, organiza el programa festivo.
Durante la víspera, hay volteo de campanas y después, se prende una gran hoguera en la Plaza de España. Allí se reúnen las mujeres de la localidad a la espera de salir en busca de la nueva alcaldesa. Para amenizar el acto, hay música y reparto de bocadillos o chocolate caliente. A la hora señalada, y guiadas por las integrantes de la junta local, se ronda por las calles del pueblo hasta llegar a la casa de la nueva alcaldesa, donde su identidad es descubierta.
La elegida invita a las reunidas a un ágape y desde allí, se dirigen al pabellón polideportivo, donde el alcalde del municipio entrega de forma simbólica el bastón de mando a la mujer elegida. Tras ello, bailan un vals, al que se van sumando el resto de las personas reunidas.
Al día siguiente, 5 de marzo, tiene lugar la celebración religiosa y al finalizar, el reparto de bollos bendecidos. A la salida del templo, comienzan las tradicionales carreras de rosca, que tienen lugar en diferentes calles del casco urbano. Las mujeres se emparejan y pujan por la victoria. La alcaldesa da la salida de cada una de las carreras. Son trayectos cortos y en línea recta. El premio es el tradicional roscón de Santa Águeda. Aunque algunas parejas compiten por la victoria, las carreras suelen ser simbólicas y las mujeres se reparten el dulce, independientemente de quién venza.
Las celebraciones suelen continuar con una comida de hermandad, café-concierto y doble sesión de baile. Los actos están presididos por la alcaldesa, que suele vestir la indumentaria tradicional y además, ir acompañada de su bastón de mando.
De forma tradicional, las carreras de rosca estaban reservadas a las mujeres casadas. Ahora, se abren al resto, independientemente de su estado civil. A las primeras, también estaba antiguamente reservado el rol de alcaldesa por un día.